domingo, 31 de mayo de 2015
miércoles, 12 de noviembre de 2014
Testimonio del Sr. Ricardo Vázquez Mata
Desde Coahuila el Sr. Ricardo Vázquez Mata nos envía el siguiente testimonio:
"Conocí y saludé a Don Luis Pérez Meza en el Distrito Federal,
en aquel reducto que se llamó “La Taberna del Greco”, ubicado en el siniestrado
e inolvidable Hotel Regis de Juárez y Balderas, cuyas instalaciones albergaba
también al Bar Capri, lugar bohemio por excelencia, donde fui despedido de mi
soltería allá por el año 1974.
"Alternaba con Don Luis otro grande del bolero, Emilio Gálvez,
quien se hacía acompañar del mariachi de don Pepe Villa. Y mientras uno nos
transportaba con su "Señora bonita" el otro nos deleitaba con sus
"Ojitos aceitunados".
"Recuerdo que un abogado amigo mío que me invitó a ver este
espectáculo me comentaba, mientras nos encaminábamos al Hotel Regis, que
Don Luis era de trato hosco y poco amigable pero que valía la pena presenciar
su recital. Nada más alejado de la
realidad, porque cuando tuve la oportunidad de saludarlo de mano recibí la
mirada de un hombre amable y amistoso.
"La presencia de Luis Pérez Meza como icono de la música
campirana y precursor de las bandas es imborrable. Solamente esa vez pude verlo
y escuchar su canto en vivo donde transmitía su recia personalidad y amor
por sus interpretaciones".
sábado, 2 de agosto de 2014
Testimonio de Juanita Osuna Berumen
Tengo un recuerdo inolvidable de Luis Pérez
Meza y siempre le voy a estar agradecida.
Era yo directora de la primaria Gral. Pablo Macías Valenzuela, cuando
fui de vacaciones a Tijuana en julio de 1961.
Me hospedé en el hotel de la Chelo Burgueño y allí estaba también Luis Pérez Meza. Como la Chelo era paisana de Zavala y dueña
de ese hotel, me lo presentó.
-¿A qué se dedica?-, me preguntó don Luis. Yo le respondí que era directora de la primaria
en Zavala, Concordia.
- ¿Y qué tal su escuela?-, siguió preguntando
-Uy señor-, le dije. Con muchos problemas, no tiene barda, las
vacas duermen en los portales.
-Le vamos a hacer su barda-, me dijo.
Yo no le dí importancia ni creí que realmente
fuera a hacer algo, pero unos meses después, en la última semana de septiembre,
llegó a Zavala y con la Chelo organizó un baile que estuvo lleno, con mucha
gente de otros pueblos porque iba a cantar Luis Pérez Meza. Y aunque el terreno de la escuela es muy
grande, con el dinero de las entradas y la cerveza hicimos esa barda que es la
que tenemos hasta hoy.
lunes, 5 de agosto de 2013
"La Voz de Oro de Méjico"
Para los lectores de este blog publicamos en su contexto un
anuncio aparecido en el diario ABC de Madrid en marzo de 1950. Se trata de la celebración en el Teatro
Alcázar de las 254 representaciones de la obra “Las 7 Llaves” con un invitado
que por entonces se presentaba en el exclusivo centro nocturno Pasapoga,
reconocido en Europa como el más elegante centro de espectáculos de España: Luis
Pérez Meza, “La voz de oro de Méjico”.
En el evento anunciado, Luis Pérez Meza alternó su
presentación con Celia Gámez, exitosa cantante de tangos, cuplé y chotís, considerada
la Reina de la Revista y una leyenda en Argentina y Europa. Esto es parte de lo que los visitantes de Casa
de los Pérez Meza podían admirar durante su recorrido por las salas del Museo.
lunes, 22 de octubre de 2012
Testimonio de la Dra, Patricia Molinar
Cuando
conocí a Luis Pérez Meza yo laboraba
como Trabajadora social en el Centro de Rehabilitación Penitenciaria de
Durango. En 1971 Moya Palencia había
impulsado una reforma penitenciaria y fuimos capacitadas en Gobernación por
maestros como Sergio García Ramírez, el Profr. Quirozco Arón, Julia Sabido, el
maestro Sánchez Galindo y otros.
La reforma implicaba un trato igualitario y sin jerarquías hacia los internos, y abarcaba capacitación laboral, educación formal y actividades culturales. Nosotras llevamos por ejemplo a la Filarmónica de México, que se presentó y al finalizar los músicos dejaron el atril y se fueron a jugar futbol con los internos. También se había formado en el Penal una rondalla de buen nivel y nosotras le conseguíamos serenatas en la ciudad. Y había un taller de teatro con excelentes maestros: recuerdo que llegamos a hacer 100 representaciones de Suave Patria, algunas fuera del Penal. Había concursos de poesía, de canto, todo coordinado por psicólogos y por trabajadores sociales que además creábamos espacios de reflexión que servían a la preliberación del reo.
Como cada
semana debíamos organizar un evento cultural y Luis Pérez Meza iba mucho a
Durango contratado por los centros nocturnos, yo y otras compañeras fuimos un
día a pedirle que cantara gratuitamente en el Penal.
-Pero
mis niñas, cómo no-, nos dijo.
–¿Qué
necesita?-, le preguntamos, porque había cantantes que nos pedían transporte,
músicos, comida especial, etc., pero él nos contestó muy simplemente:
-El
público.
Fueron
varias ocasiones las que cantó en el Penal acompañado por los mismos internos. Y tanto para ellos como para las autoridades
era un honor tener allí a Luis Pérez Meza porque además de su fama y de tener
gran voz, era un señor muy agradable, encantador, físicamente alto y
corpulento. A veces cantaba hasta dos
horas continuas, y siempre, al final, convivía con los internos e incluso con
toda sencillez se prestaba a llevar cartas a las familias de quienes eran de Sinaloa.
Eso hubiera
bastado para admirarlo como lo admiro. Pero
lo que más me impresionó es que no nos olvidó: un día mis amigas y yo fuimos a
bailar al Hotel Huicot y unos muchachos a quienes acabábamos de conocer
pidieron bebidas para todos. En ese
momento don Luis nos vio y fue personalmente a suspender la orden: “Las
muchachas no toman”-, le dijo al mesero con una autoridad absoluta. “Y ustedes, nunca acepten bebidas preparadas
de alguien a quien apenas conocen”.
Además
de que en ese tiempo lo que decían los mayores no era cuestionable, su actitud
nos halagó: el gran Luis Pérez Meza nos conocía y nos estaba protegiendo.
domingo, 30 de septiembre de 2012
Ofrece un gran concierto
Que el público entonara su fortuna y sus pesares recorriendo cantinas, despechos, muertes y amores a la par de su voz fue el logro mayor de Elisa Pérez Meza este sábado 29 en el Jardín de la Trova. El camino fue triste, festivo o poético según la vibrante alquimia que la cantante creaba derramando su sentir en el escenario.
Fue un concierto dedicado a José Alfredo Jiménez, el gran
icono de la canción popular en México, y Elisa lo inició a ritmo de son cantando
El Siete Mares para proseguir “serenamente, bajo el cielo más que azul” de El
Jardín de la Trova con La Noche de mi Mal.
Muchos asistentes, montados en un caballo alado que
trotaba con las notas del Mariachi Continental, no resistieron la tentación de
gritar sus emociones mientras Elisa hacía lo que sólo los grandes consiguen
hacer con José Alfredo:
interpretarlo.
Y después de cantar canción tras canción con el alma a
rienda suelta, Elisa se ganó un prolongado encore cantando A la luz de los
cocuyos y otras imprescindibles del repertorio del guanajuatense como No me
amenaces, Alma de Acero y Si nos dejan.
Fue una noche especial con numeroso público mazatleco y foráneo que
correspondió con entrega a la entrega de Elisa regalándole sus palmas de
principio a fin.
sábado, 8 de septiembre de 2012
Testimonio del Señor David Monroy
Recuerdo mucho a Luis Pérez Meza porque se
presentó en Tula, Hidalgo, donde yo viví de niño, como en 1953. Mi padre me llevó porque entonces estaba de
moda La Calandria pero ya era famoso por otras canciones como El Sauce y la
Palma. Recuerdo que se presentó en una
Caravana e iba alternando con Los Xochimilcas.
Lo anunciaban muy chistoso: por todo el
pueblo pasaba un camión con sonido diciendo que iba a estar El Trovador del
Campo y algo como eso era todo un acontecimiento. Mis felicitaciones al Museo de los Pérez Meza
por hacernos recordar aquellos buenos tiempos.
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