Últimas actividades del 2009

Elisa Pérez Meza con el Mariachi Continental

Elisa Pérez Meza superó las siempre elevadas expectativas de su púbico y presentó este sábado 19 en el Museo Casa de los Pérez Meza un espectáculo rotundo e inolvidable. Desde La Bikina hasta Serenata Huasteca, su voz se escuchó plena de matices, y el público los compartió cuando trajo al concierto las penas de Un Mundo Raro, el despecho y la venganza de Cuando el Destino, o el orgullo de El Rey.

No faltaron las canciones de Luis Pérez Meza y el cierre fue de franca apoteosis cuando sobre un potpurrí de temas veracruzanos que incluía La Bruja y María Chuchena, hizo dúo con varios integrantes del Mariachi Continental, los invitó a hacer ‘solos’ instrumentales, y realizó algunos pasos de baile.

El público, que abarrotó el Jardín de la Trova, se entregó a cada INTERPRETACIÓN (así, con mayúsculas). Y aunque no tomamos fotos por esos errores imperdonables que a veces suceden, tenemos el registro de los asistentes que reservaron lugar con semanas de anticipación: Maureen Dietrich y sus seis acompañantes; Mr & Mrs Louer; Alan Gaona y sus invitados; Sharon Fanin y sus compañeros Ellen, Vinisa y Albert; Carolina Fernández, esposo e invitados; Ken y Kat Woods; Bette Schwarz y sus siete invitados; Fernando Torres Colio y su esposa Ma. de Jesús; Rhonda Mathew y sus acompañantes, entre ellos su esposo Baron; Gloria Uriarte e invitados; Lou Raskin & Cecilia; Zulema Zambrano; Mary Williams y su grupo; Victor Manuel Román; Keneth & Ma Teresa; Mario Aguirre y acompañantes; André Lacombe y Ma Topete, etc., etc. A todos ellos Casa de los Pérez Meza agradece su preferencia y les desea lo mejor para estas fiestas decembrinas.

Cortometraje 'Diálogos'

El viernes 18 se congregó en Casa de los Pérez Meza un gran número de personas para presenciar el cortometraje ‘Diálogos’, resultado del Taller de Producción de Cortometrajes que impartió Aramís Franco en esta Institución del 8 de septiembre al 3 de noviembre del 2009.
Los asistentes al taller pusieron en práctica los conocimientos adquiridos (manejo de cámara, fotografía, iluminación, guionismo, diseño de arte, plan de producción y producción) en la realización del corto, elaborado a partir de un texto de Jorge Luis Borges, y con las actuaciones de Carlos Ambriz y Gaspar Velarde.

La intención de esta producción –dijeron los realizadores- fue responder al dilema que les planteó Aramís: o cumplir con un simple trabajo de curso o elaborar un producto digno de festival. Optaron por esto último y el resultado fue francamente excelente. Un poco antes del brindis de rigor recibieron reconocimiento Juan Carlos Vázquez Crawford, Sergio Nava Mexía y Roxana Xamán McGregor, además de Carlos Ambriz y Gaspar Velarde por su actuación.

Posada en los talleres para niños

Los niños que asisten al Taller de vinculación con la cultura regional, festejaron su posada de despedida del 2009. Acompañados por sus instructoras, Aleyda Vázquez y Rocío Burgueño, rompieron piñatas, recibieron una mochila con los trabajos realizados durante su asistencia y disfrutaron un refrigerio y juegos. La posada se realizó el sábado 12, esta vez sin cuota de recuperación, durante el horario regular de asistencia. Afirman estar listos para reanudar labores el sábado 9 de enero del 2010.

Testimonio de la Sra. Mercedes Íñiguez Zaragoza

Yo recuerdo mucho a Luis Pérez Meza porque mientras viví en Las Tinajas, allá en los años 50, lo veía cada que se presentaba en las Fiestas de la Santa Cruz de La Noria. Allí, en los jaripeos y las charreadas, él cantaba con la Banda canciones como El Barzón y El Sauce y la Palma.

Después me fui a vivir a Tijuana pero me mantuve cerca de Sinaloa porque en septiembre, durante las Fiestas Patrias que eran como el carnaval de Mazatlán, siempre se presentaba Luis Pérez Meza con su Banda. Muchas mujeres íbamos a verlo con todo y niños, allá por el Puente México en lugares al aire libre, donde don Luis nos juntaba a los sinaloenses, a muchos migrantes y hasta a los gringos que iban a conocer su música. Para mí Luis Pérez Meza es mi tierra y sus canciones me siguen llenando de gusto y orgullo.

Testimonio del Sr. Everardo Domínguez

No recuerdo exactamente el año, pero fue alrededor de 1974. En esa ocasión asistí a una cantina en Culiacán, porque se corrió la propaganda que se presentaría el señor Luis Pérez Meza. El lugar se llamaba Los Jacales y se ubicaba enfrente del panteón municipal, cerca de la Central Camionera vieja. Aquello estaba a punto de reventar cuando entró don Luis con la Banda Sinaloense Tierra Blanca cantando El Barzón. Pero al finalizar la interpretación un individuo gritó desde una de las mesas: “¡Luis Pérez Meza! Ya está bueno con esa canción… ¿no sabes otra?, ya cambia tu repertorio.”

Todo el gentío volteó a ver al sujeto mientras Pérez Meza le respondía, tajante pero sereno: “El Barzón, El Sauce y la Palma, Las Isabeles, son mi sello. Son canciones que me representan porque mi estilo se acopla mejor a la tambora de mi tierra. Pero si a alguien le molesta que las cante llamamos ahorita un mariachi”.

La gente guardó silencio hasta que un momento después subieron unos mariachis al estrado para acompañarle tres canciones. Yo nomás recuerdo que una de ellas fue Ojos tristes de Guty Cárdenas. Y de veras que nos llegó. Los aplausos no se hicieron esperar y entonces sí, para gusto de todos, don Luis cerró la presentación con su tradicional repertorio, seguido de las notas de la tambora sinaloense. Recuerdo que al terminar bajó las escaleras pausadamente: traía un sombrero café, pantalón del mismo color y un cordoncillo que le adornaba el cuello.

(Everardo Domínguez Gámez, La Reforma, Angostura)

La danza del mar

Un mar danzante, cansado de bailar con el viento, enojado de estrellarse en las rocas, es el tema de una de las rondas que Julieta Montero incluye en su libro Los Juegos de Ximena.

A partir de la lectura de este libro, los pequeños que asisten al Taller Sabatino ‘El niño en su mundo’ respondieron a la idea de pintar la danza del mar. La actividad, diseñada por Rocío Burgueño, se realizó utilizando pintura dactilar a partir de la mezcla libre de colores primarios. La belleza de los resultados nos permite ilustrar esta entrada.

El taller sabatino cierra actividades este 12 de diciembre; ha abordado ya a otros autores del sur de Sinaloa como Dámaso Murúa, y reiniciará con nuevos temas y actividades para niños el 10 de enero de 2010 en Casa de los Pérez Meza.

Testimonio de la Señora Kita Pelayo

Hola amigos: yo nací en el Valle de Mexicali y vivía allí cuando conocí a Luis Pérez Meza gracias a la caravana Corona y a otras que nos visitaban. Pienso que él es un grande de la canción porque yo me enamoré del estado de Sinaloa, sin conocerlo, gracias a las canciones de Luis Pérez Meza.




Hacia 1976 tuve la suerte de trasladarme a vivir en Mazatlán y nunca se me va a olvidar la emoción que sentí cuando vi por primera vez a don Luis en su contexto: iba en un carro de carnaval, sentado en una silla de Concordia y cantando, recibiendo los aplausos de su gente. Quiero felicitarlos por el proyecto Casa de los Pérez Meza porque recupera esta parte tan importante y querida de la historia de Sinaloa.

Testimonio de José Ángel Espinoza 'Ferrusquilla'

Durante su más reciente presentación en el Teatro Ángela Peralta y al inaugurar la sala temporal que creó en su honor el Museo Casa de los Pérez Meza, don José Ángel Espinoza ‘Ferrusquilla’ relató lo siguiente:

La primera canción exitosa que compuse no tenía un buen título. Se llamaba ‘Y ya’, pero me la grabó en 1957 Luis Pérez Meza e inmediatamente se convirtió en la canción del año. Ya me habían grabado dos sinaloenses muy famosos, Pedro Infante y Lola Beltrán, sin que pasara nada. Pero es a partir de ‘Y ya’ que la gente me empezó a identificar como compositor porque yo ya era conocido como locutor, representante sindical y actor.

Compuse ‘Y ya’ pensando en una muchacha muy bonita de Nayarit que se llamaba Margarita Padilla, quien siempre me esperaba con una amiga por la calle Ángel Flores, cuando yo estudiaba la preparatoria en Mazatlán. La letra original decía: “Quiero verte una vez más y ya: devolverte aquel pañuelo y aquel mechón de tu pelo que me diste cuando niño en la escuela de mi Mazatlán”. Así la grabó Luis Pérez Meza y así pegó. Pero cuando la escuchó Mariano Rivera Conde, un paisano de La Noria, esposo de Consuelito Velázquez y director de la RCA donde yo tenía exclusividad, me dijo: ‘quítale esas palabras e invéntale otras si quieres que te la grabemos aquí’. Entonces le tuve que cambiar la letra que quedó: ‘Recordar aquel pañuelo y aquel mechón de tu pelo que me diste cuando niño como prueba de sinceridad’. Todos los cantantes que la grabaron después lo hicieron con esta nueva letra.

Un señor muy viejo con unas alas enormes

“Un señor muy viejo con unas alas enormes” visitó la Casa de los Pérez Meza durante la actividad García Márquez para niños. Los pequeños asistentes –y algunas personas mayores-, siguieron absortos la narración de Rocío Burgueño quien destacó con su magia oral la decrepitud del ángel, sus alas viejas manchadas de lluvia y lodo, su gusto por las berenjenas y el olor a cangrejo que despedía.

El cuento culminó con aplausos y con extraordinarios dibujos de los niños, quienes usaron las imágenes verbales de la cuentacuentos para recrear el fantástico mundo del Nobel colombiano. Los relatos de García Márquez seguirán presentándose durante este mes los miércoles a las 5 de la tarde en Casa de los Pérez Meza.

Colegio El Pacífico

La algarabía y espontaneidad de un grupo de niños de preescolar llegó esta mañana a Casa de los Pérez Meza. Como actividad preliminar, los niños escucharon con técnica de cuentacuentos la historia de Chico y Nacho, un dueto de cantantes de los años 30 en Sinaloa, y contemplaron absortos las imágenes de mineros, campesinos y medios de transporte de principios del siglo XX. Inclusive, como ejemplo de música de esa época y lugar, conocieron los ritmos de vals, chotís y polka palmeándolos con la expositora.

Después de esta actividad, al realizar el recorrido por las salas del museo, los niños encontraron que Nacho es realmente Luis Pérez Meza (su verdadero nombre era Ignacio) y disfrutaron con el documental que sobre el cantante se ofrece en la sala audiovisual. Finalmente, con crayones e imágenes alusivas, realizaron las actividades didácticas que el Museo tiene preparadas como culminación de la visita. Y partieron con sus maestros del Colegio El Pacífico, dejando en el recinto su agradable recuerdo.

Si se calla el cantor...

Su voz fue suave y melodiosa al cantar “Duerme, duerme negrito, que tu mama está en el campo, negrito” y adquirió los matices vigorosos de la mujer campesina, dentro de la misma canción, cuando entonó “trabajando y va de luto, trabajando y va tosiendo, trabajando” para luego endulzarse de nuevo mientras contemplaba a un hijo imaginario: “pa’l negrito chiquitito, pa’l negrito, sí”. De allí surgieron otros temas como Si se calla el cantor, canción que le dio nombre al recital, Gracias a la vida adaptado a ritmo de son huasteco y Alfosina y el mar, todos ellos interpretados en honor a la gran Mercedes Sosa.


Ma. Guadalupe Prado y profra. Florina Olivarría Crespo


Las primeras canciones del esperado recital de Elisa Pérez Meza en el Jardín del Trova fueron boleros, sones y tangos, que alcanzaron su momento cumbre con Los pájaros perdidos de Astor Piazzola. Luego vino el bloque de melodías en honor a Mercedes Sosa y al final surgieron La Chica de Ipanema y La Sitiera donde Elisa presentó a su excelente grupo de músicos y se despidió… para regresar cantando temas que el público entonó al unísono como Las Isabeles, Una Palomita y una versión renovada de El Barzón, que alude a la situación actual del campo y los campesinos mexicanos. Porque si se calla el cantor, calla la vida...

Acompañan esta nota las fotografías de algunos asistentes al irrepetible concierto.

Cirujano José Raúl Tirado, Dra. Imelda Ortiz y Dra. Laura Carrillo con Elisa Pérez Meza

Marlene Gómez, Elisa y Carmelita Ochoa

Sr. Alfredo Gómez y, desde Guadalajara, la sra. Francisca Ochoa

Sr. Eulalio y Carolina Fernández con Elisa.

Profr. Fernando Torres Colio y su esposa Ma. de Jesús

Testimonio de Julieta Payán Jacobo

La primera vez que vi a Luis Pérez Meza fue cuando yo tenía como quince años, más o menos en 1963. Ignacio Payán, mi padre, lo admiraba mucho porque dice que don Luis, antes de ser famoso, había recorrido cantando todos los pueblos cercanos -Conitaca, Casas Viejas, Zoquititán, San Javier, La Cruz, Coyotitán-. Y me llevó varias veces a verlo al cine Aguilar de Elota, que era propiedad de don Ramón Aguilar Comparán, un señor que ayudaba a los campesinos con dinero para sembrar y luego les compraba las cosechas de maíz y ajonjolí.

Cuando se iba a presentar Luis Pérez Meza, don Ramón recorría las calles de Elota, la Loma de Tecuyo y el Camino Real anunciándolo desde su carro con un altavoz. También ponían carteles grandes a la entrada del cine. Don Luis era siempre la figura principal y la gente iba a verlo a él aunque actuaban otros cantantes y grupos. Cantaba primero con mariachi o con trio y luego con Banda canciones como El Sauce y la Palma, Allá en el Rancho Grande, Las Isabeles y El Barzón.

Testimonio del Sr. Gilberto Valenzuela

Hola señores de Casa de los Pérez Meza:

Antes de hablarles de Luis Pérez Meza quiero decirles que fui locutor por más de 25 años en la XERJ de Mazatlán y que la radio en sus primeras décadas sólo podía tener un calificativo: elegante. Aunque se tocara solo música ranchera, durante los años 50 y 60 era elegante la manera de hablar de los locutores, su dicción, su propiedad y tranquilidad al hablar, su cuidado del idioma y hasta su presencia.

Justo por esos años conocí a Luis Pérez Meza y tengo de él el más elevado concepto. Era el mejor cantante en su género, destacado por su afinación, su cuadratura, su timbre de voz y además por la naturalidad con que cantaba. Era con toda propiedad y como lo bautizó Pedro de Lille ‘El trovador del campo’, porque con su voz las canciones de los campesinos alcanzaban el más elevado rango y calidad. Ningún otro artista le ha llegado y dudo que llegue a haber otro como él.

Luis Pérez Meza era muy duro con sus músicos y a veces también con la gente. Recuerdo que una vez estaba hospedado en el Hotel Teresa de Mazatlán –que entonces era propiedad de la señora Teresa Kelly- y uno de sus músicos llegó ebrio antes de una presentación en la Cancha German Evers. Hubieran visto cómo lo regañó antes de enviarlo a bañarse y a tomar café. Recuerdo también que una vez en Tijuana estaba cantando y una pareja se levantó a bailar. Entonces él detuvo la canción y les dijo: ‘yo no soy sinfonola de nadie, vengo a cantar y a ser escuchado así que se me sientan’.

Esto, que hoy puede entenderse como arrogancia, era entonces signo de respeto hacia el público y hacia la profesión de cantante. Acciones como ésta, dentro de su época, sólo pueden explicar la grandeza de un artista que llenaba todas las plazas y que por su calidad era de los preferidos en todas las estaciones de radio en México y en Sudamérica.

Testimonio del Sr. Rigoberto Osuna

Vi a Luis Pérez Meza en los años cincuentas, en el Cine Aguilar de Elota, y unos años después en un cine de La Cruz. Sabía de él porque dicen que antes de irse a México un vecino lo contrató en La Loma de Elota, de donde soy yo, para llevarle serenata a una muchacha, pero como no era un novio muy querido, a Luis le tocó el baño de agua hirviendo. Cuando lo vi en el Cine Aguilar venía en una caravana grande donde también tocaban Los Tres Ases y la gente aplaudió mucho porque Luis Pérez Meza cantó también unas canciones con el trío.

Nota de la Casa: Los lectores de este blog deben saber que Los Tres Ases es otro nombre que utilizó Antonio Pérez Meza (hermano menor de Luis) para designar al Trío Culiacán, cuyos integrantes originales fueron además de él, Enrique Sánchez Alonso ‘El Negrumo’ y la esposa de éste último, María Constanza. Cuando Antonio Pérez Meza partió a México, se llevó con él a dos nuevos integrantes: Juan Nery y Héctor ‘El Cubeto’ González. Con ellos se presentó e hizo grabaciones indistintamente bajo dos nombres: Trío Culiacán y Los Tres Ases.

CAMINO DE LUZ

Un pequeño grupo de invitados entre autoridades de cultura, de turismo y periodistas, estuvieron la noche del 1 de octubre en Casa de los Pérez Meza para inaugurar la exposición temporal ‘Camino de luz, los senderos de José Ángel Espinoza Ferrusquilla’.

El popular compositor, autor de canciones como Échame a mí la culpa, Sufriendo a solas, No me lo tomes a mal, El tiempo que te quede libre, Cariño Nuevo, La ley del monte y otras, mantuvo absortos y felices a los invitados conforme recorría la sala que le fue dedicada y platicaba anécdotas acerca de las fotografías y objetos expuestos.

Al término del recorrido, todos degustaron vino tinto Cabernet y bocadillos hasta que llegó la hora de entonar Las Mañanitas en atención al cumpleaños número 90 del compositor, quien nació precisamente un 2 de octubre. La exposición permanecerá abierta al público hasta el próximo 28 de febrero.

Una gran fiesta mexicana

El encore comenzó con Cuando salgo a los campos, siguió con El sauce y la palma y Las Isabeles, y terminó con el público de pie, ovacionando a Elisa Pérez Meza y sus interpretaciones rematadas por El Barzón.

Poco más de una hora antes, cuando a pesar del letrero Localidades Agotadas, empezaron a ingresar personas que querían estar en el concierto aún sin silla, llegó al Jardín de la Trova el Mariachi Continental, el mejor del noroeste de México, tocando El Son de la Negra. Luego entró Elisa interpretando La Madrugada y a partir de allí se desgranaron temas como Mucho Corazón y El Andariego.

Los gritos de júbilo y el coro unánime del público que abarrotó el lugar se prolongaron en las canciones de José Alfredo Jiménez: Un mundo raro, Que te vaya bonito, A la luz de los cocuyos, Cuando el destino, Corazón corazón, El rey y Serenata Huasteca entre muchas otras. A decir de los asistentes el concierto fue único e inolvidable.

Entre el público destacó un grupo de seis personas de Albuquerque, Nuevo México, quienes dijeron haber estado en la mejor de las celebraciones patrias a las que habían asistido. Dos de ellos José, y Olga Delgado, acompañan a Elisa en la foto superior. Estuvieron también (ver foto abajo) Joaquín López, Martha López, Sam Dixon y Robert Wiggens de Teacapán, San Francisco, New York y Puerto Rico.

Y entre los visitantes locales, captamos para este blog al Dr. Federico Páez, distinguido miembro de El Colegio de Sinaloa con su familia: Rita Lizárraga de Páez, Ma. de los Ángeles Páez y César Páez. También estuvieron, entre muchos otros asistentes, Ana María Miranda, su invitada de Ecatepec Estado de México, la Sra. Altagracia Martínez y nuestra amiga Mireya Sánchez Villafuerte.