
Hacia 1976 tuve la suerte de trasladarme a vivir en Mazatlán y nunca se me va a olvidar la emoción que sentí cuando vi por primera vez a don Luis en su contexto: iba en un carro de carnaval, sentado en una silla de Concordia y cantando, recibiendo los aplausos de su gente. Quiero felicitarlos por el proyecto Casa de los Pérez Meza porque recupera esta parte tan importante y querida de la historia de Sinaloa.
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