“Que me importa que quieras a otra y a mí me desprecies” entonó Elisa para empezar su concierto con el arrebatado orgullo de Que te vaya bien. Y de allí en adelante transportó al público en sus alas por espacios de amor y desamor que hacían tono con la luna, repetida en el foro abierto y en la escenografía.
Volver y Tango Negro hablaron del perfecto ensamble que Elisa logró con su grupo de violín, percusiones, guitarra, requinto y contrabajo. Y mientras se escuchaba el corazón del público que seguía la presencia escénica de la cantante, los versos de Álvaro Carrillo se apropiaron del lugar con la canción que dio nombre al espectáculo: “No sufriré tu altivez aunque puedas vivir con el mundo a tus pies…”.
Los mejores indicadores de la total satisfacción del público que como siempre llenó el foro musical de Casa de los Pérez Meza fueron los coros y aplausos que acompañaron el encore y el saber que esa noche los asistentes compraron ya gran parte de los lugares para la siguiente función.