domingo, 27 de febrero de 2011

Con acento español


Una magnífica velada, con 'Olés', castañuelas, y piropos 'más castizos que la calle de Alcalá', regaló Elisa Pérez Meza a su público este sábado 26, en su tradicional concierto de fin de mes en el Jardín de la Trova. A foro lleno, con múltiples asistentes de habla francesa e inglesa, el canto de Elisa cosechó fuertes aplausos desde la primera canción y mantuvo involucrado al público hasta el final del espectáculo.




El concierto incluyó diversos temas ligados musicalmente a la Península Ibérica. Inició con Madrid, el chotís de Agustín Lara que en letra y armonía remite de inmediato a la esencia de la capital de España. Continuó con dos canciones de la tradición oaxaqueña, La Martiniana y El Feo, para después abordar temas como Amor Gitano, Dos Cruces y Quiero abrazarte tanto, todos con una Elisa entregada plenamente a sus interpretaciones.




El Carro del Sol, aria de la zarzuela del mismo nombre que Luis Pérez Meza trajera de España para popularizarla en México con acompañamiento de mariachi, dio lugar a una cálida interpretación a ritmo de vals. Luego, el dejo flamenco de las guitarras y la fuerza melódica del violín anunciaron el tema Amor de Hombre, adaptación a La Leyenda del Beso, donde los músicos que acompañan a la cantante fueron también ovacionados: Jesús Antero García, Ricardo Montes, Frida Zebadúa y Marco Antonio Flores.




Con El Toro y la Luna, las palmas de los asistentes se sumaron a la percusión y se convirtieron en aplausos y gritos que pidieron a la cantante volver al escenario con más canciones. Dos temas de los legendarios Churumbeles de España: El Gitano Señorón -que Elisa dedicó al maestro Carlos Ambriz- y No te puedo querer, dieron fin al concierto.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Kusturica, absurdo y genial


"Después de ver cada película de Kusturica, queda la impresión de haber presenciado una función de circo: es la presencia protagónica de animales, los personajes extravagantes, las situaciones absurdas, el uso del color y el ambiente festivo. Realmente se trata de un director fuera de serie", expresó uno de los asistentes al ciclo 'Kusturica, absurdo y genial' proyectado por el cine club de Casa de los Pérez Meza durante el mes de febrero.



El ciclo tomó como punto de partida El Sueño de Arizona, que ya presenta bien definidas muchas características de la futura producción del director: rasgos de realismo mágico, situciones tragicómicas y absurdas, un humor casi infantil y gran colorido.



La infaltable y multipremiada Underground desató diversos comentarios que seguramente continuaron fuera del cine club, pues está plagada de simbolismos y metáforas que rebasan el espacio histórico geográfico en que está ambientada. En esta película y en La Vida es un Milagro (donde un burro salva al amor) hay un tono familiar pues la musicalización de Goran Bregovic recuerda vagamente a la Banda sinaloense tradicional.




Prométeme es quizá una película de lugares comunes con un Kusturica repetitivo, pero tiene un final bien manejado y un trazo interesante, fuera de los convencionalismos del cine comercial. Pese a no ser de lo mejor en la producción del director, cumple con creces la función de ubicar al espectador en un ambiente de crítica histórica, y cerró con la excentricidad y el disparate característicos del creador serbio.

sábado, 12 de febrero de 2011

Testimonio del Sr. Alfredo Flores Hernández



Vivo en Ciudad Juárez pero soy de Mazatlán. Entre mis 16 y 18 años me reunía con mis amigos en un baldío que había por la calle Cañonero Tampico, donde el sacerdote Exiquio Saldaña levantó una iglesia a base de limosnas. Y recuerdo a don Luis Pérez Meza porque en esos años, entre 1955 y 1957, pasaba a veces, caminando con su porte distinguido, a visitar a una mujer que tenía por allí.




En ese tiempo sólo había en Mazatlán un camión urbano tipo tortuga, verde, al que le decíamos 'La Rana', y el carnaval era por las calles en todo Mazatlán. Frente al 'Gallo de Mazatlán', por la Teniente Azueta, un joven delgado tocaba el clarinete para atraer a la clientela: era Cruz Lizárraga. Todavía ninguna banda tenía vocalista. Yo iba a ver las caravanas que se presentaban en un cine al aire libre, el Ángel Flores, ubicado junto a una fábrica aceitera de los Coppel. Allí ví a Paco Miller, a Los Xochimilcas, a Lucila Beltrán y a Pedro Infante. También allí conocí a don Luis Pérez Meza por la película 'Allá en el Rancho Grande', pero nunca lo ví cantando en persona porque entonces era 'El tenor Luis Pérez Meza' y nomás cantaba en Europa o en Nueva York.




Ahora hay muchos cantantes que 'son buenos albañiles', pero entonces los grandes cantantes tenían muy buena voz y eran como Luis Pérez Meza o como Jorge Negrete. Por eso me da gusto que sea reconocido y que exista este museo en su honor.
* Nota de La Casa: la mujer a quien refiere don Alfredo es la señora Carmen Vidrio, madre de Elisa Pérez Meza.