domingo, 30 de octubre de 2011

Amor a plenitud


Quienes asistieron este sábado al concierto “Lara & Grever” de Elisa Pérez Meza, fueron partícipes de un acto de entrega mutua, de amor vivido a plenitud. Porque Elisa se entrega toda y el público, emocionado, le corresponde de igual manera.


El Jardín de la Trova se engalanó con el estilo propio, la voz nítida y cristalina, y la peculiar manera de interpretar las canciones que tiene Elisa. Como en el cartel que anunciaba su participación, Lara y Grever la arroparon con su mirada mientras ella recorría los sentimientos, la poesía de cada canción: “luna que se quiebra sobre las tinieblas de mi soledad, deja que con ilusión loca te de un beso en esa boca por si no te vuelvo a ver”.



El mariachi Continental no dudó en dejar sólo una guitarra y un violín para armonizar con pasión de blues “si yo encontrara un alma como la mía”. Elisa vivió el calor de sus pasiones y atrapó los corazones que quisieron seguir en vano los vientos fríos de la mazatleca noche de octubre.



El homenaje de los aplausos se repitió canción tras canción mientras Elisa interpretaba Así, Rival, Cuando vuelva a tu lado, María Bonita y Júrame. De esta manera la crónica siempre anunciada de su éxito se repitió por una noche más bajo la luna del foro musical de Casa de los Pérez Meza.


viernes, 28 de octubre de 2011

Todo por la música


En las películas, la música suele ser un reforzador de la acción, pero durante el ciclo que realizó en octubre el cine club de Casa de los Pérez Meza, cumple una función más importante: mueve a los personajes, los afecta, los reúne, los expresa y los identifica.


El ciclo “Todo por la música” inició el martes 4 con Media Luna de Bahman Ghobadi, que suscitó reflexiones sobre la vida de los kurdos, la música como elemento de identidad y la opresión de la mujer islámica. La travesía de un anciano y famoso músico empeñado en integrar una voz femenina a su grupo dio lugar también a comentarios sobre la bella y enigmática mujer de las últimas escenas, cuyo carácter ambiguo la asimila a la muerte.



Posteriormente, en Paris 36 de Christophe Barratier, los espectadores disfrutaron la historia de un teatro de variedades y los esfuerzos de sus empleados por sacarlo a flote en la Francia de los años 30. Pese a lo predecible del guión, los asistentes destacaron la excelente fotografía, la belleza de la música, la solidaridad obrera y la clara nostalgia del director por un París ya inexistente.



Fados de Carlos Saura apasionó por la entrega de los intérpretes y por los recursos del director, capaz de narrar una historia enlazando canciones mediante danzas y escenarios de corte teatral. Fue inolvidable para los espectadores la última escena realizada en una Casa de Fados del Barrio de Alfama en Portugal.



El ciclo, que se prolongará a petición de los asistentes, culminó el martes 25 con un documental que permite conocer aspectos ignorados del cineasta Woody Allen. El hombre del blues explora los lazos del director con su madre, con su esposa, con sus admiradores y con el clarinete. Este último es el eje unificador sobre el que trabaja la documentalista Barbara Kopple, para retratar al Allen ejecutante en una gira que realiza por Europa con su jazz band.