sábado, 30 de julio de 2011

Cine con enfoque de género



La liberación femenina, entendida como ruptura de las ligas con el poder masculino, no es suficiente. Una auténtica libertad depende también de las condiciones económicas, sociales y hasta raciales que inhiben o posibilitan el desarrollo de las posibilidades de la mujer. Con esta conclusión culminó este martes 26, en el Cine Club de Casa de los Pérez Meza, el ciclo “Mujer, libertad y liberación”.



Planeado originalmente para exhibirse durante junio, el ciclo se extendió un mes más, debido al interés y la participación que suscitó. Desde Thelma y Louise hasta El Color Púrpura, la reflexión abordó diversos temas, ligados todos a las formas explícitas o veladas de opresión de la mujer en sus relaciones económicas, laborales, familiares o sociales.



El ciclo, que inició con Thelma y Louise (Ridley Scott, 1991), una película de culto entre los grupos feministas, suscitó debates sobre problemas contemporáneos de la mujer que hacen ver cómo y por qué la equidad es un estado aún pendiente en las relaciones de género. Con Las Mujeres Verdaderas tienen Curvas (Patricia Cardoso, 2002) se comentó de qué manera los conflictos entre una madre conservadora y sus hijos puede inhibir el libre ejercicio de las posibilidades femeninas y cómo la educación es fundamental tanto en la liberación como en el uso de la libertad. El film María Llena Eres de Gracia (Joshua Marston, 2003) permitió entender cómo el cuerpo de la mujer deviene objeto, no sólo sexual, sino laboral y de tráfico económico, pues la cinta remite a la explotación del trabajo femenino.



Pan y Tulipanes (Silvio Soldini, 2000) sirvió para abordar el machismo, la necesaria reorganización de los roles masculinos a partir de la transformación social de la mujer y el encuentro de la felicidad en objetos y situaciones que no tienen nada que ver con el consumismo y la posesión material. Por otra parte, y ya dentro de la ampliación del ciclo, El Secreto de Vera Drake (Mike Leigh, 2004) fue una de las películas que más suscitó polémicas porque, pese a la neutralidad del director sobre el tema del aborto, resulta imposible soslayar cómo tras este hecho se esconde la doble moral de la sociedad y la falta de escrúpulos de quienes lo promueven con afán de lucro.



Un momento importante llegó con la película Usted es muy guapo (Isabelle Mergault, 2005). Pese a su tono de comedia, la cinta llevó a reflexionar sobre las disparidades entre el Primer y el Tercer mundo, que determinan que haya tráfico de mujeres con fines de matrimonio o de prostitución. Degradante en ambos casos, el convenio económico-sexual igual se presenta en Norteamérica-México que en Estados Unidos-Cuba.



Las mujeres perfectas (Frank Oz, 2004) fue también una película que desde su tono de comedia permitió reflexionar sobre la confusión del hombre moderno ante la liberación de la mujer y sobre los extremos a los que pueden llegar quienes consideran que la libertad es socialmente peligrosa. La película aborda un mundo de consumo y apariencia que corresponde perfectamente al Sueño Americano, dominado por la televisión en una sociedad perfectamente estructurada.


Finalmente, El Color Púrpura (Steven Spielberg, 1985) retrata crudamente la violencia contra la mujer y permite analizar el peso contemporáneo de la segregación de género y las luchas que se realizan por recuperar la dignidad femenina. Una frase pronunciada en un momento climático de la cinta: “¿Qué vas a hacer sin mí? Eres pobre, eres negra, eres fea, eres mujer” concentra todo el peso de la opresión de que son víctimas muchas mujeres. En México especialmente, este drama se concentra en las indígenas con su triple carga de género, de clase y racial.



En todas las películas analizadas, igual que en la vida misma, es manifiesta la voluntad de las mujeres en la construcción de su vida, pero es también destacable el papel del contexto como condicionante que se opone a la voluntad bajo la forma de “destino”. Las películas del ciclo hicieron ver que esto es igual para un ama de casa estadounidense, una estudiante chicana, una colombiana empleada de maquiladoras, una hogareña madre italiana, una bondadosa anciana inglesa, una inmigrante rumana, o una negra pobre.

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