domingo, 18 de marzo de 2012

Un público con brazos de sol


Con un público generoso en aplausos que despidió de pie a Elisa Pérez Meza y a Mundo Sánchez, culminó la noche del sábado 17 el concierto “Brazos de Sol”. El astro rey asomándose por una ventana de madera iluminó el escenario del Jardín de la Trova para atestiguar la calidez con que fueron recibidas las canciones entregadas por los trovadores.


Y aunque Brazos de Sol, el tema de Alejandro Filio que dio nombre al programa, fue apasionadamente interpretado por ambos cantantes, fue la inspiración de Joan Manuel Serrat lo que acaparó la noche, con temas como No hago otra cosa que pensar en ti y Palabras de amor al inicio del concierto y con otras canciones del catalán: Cuenta conmigo y Tu nombre me sabe a hierba dentro del encore.



Mundo Sánchez motivó al público con su tono reflexivo e íntimo en canciones como Mujer que camina y Nos hizo falta tiempo. Elisa, con pleno dominio del escenario, hizo lo mismo en interpretaciones como Zamba de la Esperanza y Todo a Pulmón. Pero la conjunción de ambas voces y la intervención musical de Víctor Osuna y Ricardo Montes crearon momentos inolvidables en temas como ¿A dónde van? de Silvio Rodríguez, A la orilla de la Chimenea de Joaquín Sabina y Soy un corazón tendido al sol de Víctor Manuel.



Con estos conciertos, Elisa recupera sus orígenes troveros y vuelve al público que cosechó en sus andanzas universitarias. Y ningún lugar mejor que el Jardín de la Trova para recordarnos la vida íntima de esa música popular que destaca por su belleza, al margen de cualquier mercadotecnia.


domingo, 4 de marzo de 2012

Testimonio de Javier Bernal

Acompañado por la señora Irma Alarcón, el señor Javier Bernal visitó este Museo y nos contó lo siguiente:


Conocí a Luis Pérez Meza cuando yo tenía 7 u 8 años de edad y lo seguí viendo año con año durante los 50’s, 60’s y 70’s porque cada 30 de noviembre cantaba en las fiestas del santo patrono de San Andrés Mixquic, en el D. F.



Las fiestas duraban tres días, pero en la inauguración don Luis llegaba por el puente que está a la entrada del pueblo y caminaba con una Banda tras él, cantando a capella, a viva voz, hasta un templete que se montaba por la calle de los Lozada. No usaba micrófonos ni ninguna de esas cosas de electrónica que se usan ahora.



Eran tiempos de mucha pobreza. Yo recuerdo que todo el pueblo lo esperaba encobijado y lo seguía por las calles, atrás de la tambora, hasta llegar frente a la Iglesia donde él se detenía a seguir cantando. Luis Pérez Meza era un señor impactante, tanto por su personalidad como por su voz.