Nostálgico, íntimo y romántico fue el concierto que ofreció Elisa Pérez Meza en el Jardín de la Trova durante la gélida noche del sábado. La cantante ingresó al escenario con un sobrio y elegante vestido negro para iniciar su intervención con la canción "Eso" de Álvaro Carrillo. Los primeros aplausos no se hicieron esperar cuando los versos del oaxaqueño embonaron con el sentir del público: "Y pensar que tuve tan cerca otros labios y los desprecié, pero no me quejo, fue maravilloso lo que te robé".
Otros temas de Álvaro Carrillo dieron pie a nuevas interpretaciones que tomaron fuerza con los matices contradictorios del amor descritos en La Señal: "pero habla, habla, habla hasta que quedes vacío de palabras; más, si quieres que hablemos de amor, vamos a quedarnos callados". Después de Luz de Luna, donde destacó la brillante intervención del trío de guitarras, vino El Andariego, a ritmo de vals y joropo con fondo de violín y percusiones.
Las guitarras clásicas (Jesús Antero García, Raziel Ramírez y Marco Antonio Flores), el violín (Frida Zebadúa) y las percusiones del maestro Ricardo Montes recibieron también los aplausos del público durante el encore que marcó una especie de segundo momento en el concierto. Aquí Elisa añadió un toque rítmico a la noche cantando el venezolano "Caballo Viejo". Luego los asistentes entonaron con ella las notas de "Quiero Abrazarte Tanto", la canción de Víctor Manuel que se nacionalizó mexicana al ser interpretada por diversos tríos, y finalmente Elisa interpretó un bolero puertorriqueño con dejos flamencos, Amor Gitano, que arrancó nuevos aplausos del público. Fue una noche redonda y plena en evocaciones para quienes aman el fino romanticismo que fielmente describen los boleros.
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