miércoles, 22 de junio de 2011

Testimonio de la profra. Sofía González Ochoa



El pueblo de Zavala quiso mucho a Luis Pérez Meza. Lo sentíamos de nosotros porque nos visitaba muy seguido invitado por la "Chelo" Consuelo Burgueño. Ella era de aquí, pero se reunía con él en el pueblo una o dos veces por año porque entonces era propietaria del hotel San Diego, en Tijuana, cuando aquella ciudad estaba en pleno crecimiento y bonanza.



La última vez que Luis Pérez Meza nos visitó fue el 8 de octubre de 1969, e iluminó a Zavala con su presencia. Estuvo por la tarde en el zaguán de Ricardo Rojas acompañado por la Chelo, esperando el momento de cantar. Luego se subió al quiosko y toda la gente estuvo para verlo. En ese tiempo sólo algunas calles y pocas casas tenían luz eléctrica, pero su voz, acompañada de la banda Los Texanos de Tepuxta, inundó la plazuela sin necesidad de micrófonos.







Mi hija Ana Luz era una niña pero lo vio de cerca porque se sentó en las escalinatas del quiosko. Ella recuerda cómo llegó una vecina, la Adelita, vestida de china poblana, y se subió a cantar y a bailar con él mientras su hermana Lucila la jalaba del tobillo exigiéndole avergonzada que bajara.




Yo nunca voy a olvidar ese día. Don Luis empezó cantando Mi Gusto Es, El Barzón y Los Sufrimientos. Y como yo era muy amiga de la Chelo, me dijo públicamente que le pidiera una canción. Entonces me complació cantando mi favorita: La Pajarera.


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