Diferentes ramas de ese árbol frondoso
que es la solidaridad, se unieron este viernes en el Jardín de la Trova de Casa
de los Pérez Meza para apoyar al maestro Jesús Antero García. El concierto trajo al público la flor del
canto latinoamericano en las voces del grupo Canto Altano (integrado por
Cecilia Mendívil, Remy Farfán y Publio Farfán), la soprano María Murillo y el
trovador Mundo Sánchez.
Canciones de Sabina, Filio, Benedetti y
Rodríguez se enlazaron a temas de María Elena Walsh y Chabuca Granda para hacer
olvidar al público relojes y calendarios mientras se desplegaba ese otro tiempo
marcado por el ritmo único del escenario.
El concierto inició en tono íntimo con
la presencia de Mundo Sánchez a quien después se sumó María Murillo con una contagiosa
versión a dúo de ‘Me va la vida en ello”. Al lucimiento de dicha canción contribuyeron
también Ricardo Montes y Víctor Osuna en percusiones y violín. Luego vino la aportación de Canto Altano que
trajo al público el color y el aroma de los amancaes y de la flor de canela tan
ligados a los recuerdos de infancia de Chabuca Granda. Y finalmente Maria Murillo volvió, acompañada ahora
por Remy Farfán, para revivir saudades con su voz: Solidao, Que deus me perdoe y Andorinha da
Primavera involucraron al público en el melancólico ambiente del fado.
El obligado encore dio lugar a un canto
colectivo en torno al tema de Víctor Heredia, Razón de Vivir. E hizo regresar una vez más a los trovadores
para que expresaran de otro modo su agradecimiento a la vida: un árbol frondoso
de tupidas ramas hizo brotar los versos de Violeta Parra para dejar en la noche
mazatleca su recuerdo de música y poesía.
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