domingo, 10 de mayo de 2009

Testimonio del señor Efraín Marrujo


Tuve la oportunidad y el honor de conocer a don Luis Pérez Meza hace muchos años. Iba yo con mi padre Ignacio Marrujo por la Juan Carrasco, a la altura de Cañonero Tampico donde estaba la Casa Carvajal, una tienda de artículos campesinos a donde llegaba toda la gente que venía en carros tropicales desde los pueblos cercanos a Mazatlán. Entonces mi padre se acercó a saludar a alguien que iba saliendo de la tienda con unos machetes y cuerdas.


Cuando identifiqué a ese señor que había visto antes, en los discos que coleccionaba mi papá, pensé sorprendido: ¡es Luis Pérez Meza! ¿Cómo es posible que una persona tan famosa sea tan sencilla, tan tratable? Creo que de mis recuerdos de infancia nunca voy a olvidar esa impresión enorme de conocerlo, ni el gusto que me daba escucharlo cantar la música de Sinaloa.

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